"Retomamos nuestra serie de traducciones de notas y reseñas hechas por el portal brasileño Floga-se, esta vez con un excelente artículo autoría de Fernando Augusto Lopes. La nota original en portugués puede leerse dando click aquí. Me parece importante resaltar el diálogo entre el EP creado por el proyecto de harsh-noise God Pussy y la reseña, que reconstruye los títulos de las canciones a lo largo de la nota; la relación entre una propuesta musical abiertamente disruptiva y extrema y un escucha atento muestra que los lazos comunicativos van más allá de las palabras: situaciones (económicas y sociales) complejas requieren respuestas complejas. Hay un momento en el que el discurso plano ya no genera ningún efecto; no obstante, la cadena entre la polémica por el póster de la gira de Dead Kennedys por Brasil, el EP de God Pussy y la siguiente nota es prueba que aún es posible generar respuestas y llamar la atención sobre la complejidad de lo que nos rodea."
God Pussy: el ruido de un Bra$il bajo la alfombra.
Desde hace un tiempo la sociedad brasileña se viene alimentando de cualquier tipo de enfrentamiento mediático. El debate es una herramienta constructiva para cualquier sociedad, pero en el caso de la nuestra hay de fondo un problema serio de entendimiento y profundidad. Nadie debate, nadie se entiende, todo el mundo grita: en las redes sociales, en las calles, en los encuentros familiares, todos hablan y nadie oye. Estamos en un aparente callejón sin salida. O como ya se ha dicho: el callejón tiene salida, pero estamos tan cegados por el odio que no podemos ver la puerta abierta.
"Todos cegados por el odio" es una manera de decirlo. Hay una gran parte de la población que está llena de odio, babeando una baba elástica y ácida, pero también hay gente que trata de cuestionarse, de ver más allá de lo evidente, de debatir con altura y buscar el diálogo y el entendimiento. Y también hay gente haciendo arte explosivo con esas situaciones: Jhones Silva, con su despiadado proyecto God Pussy, es uno de ellos.
Con el EP "Bra$il", este artista carioca asimiló rápidamente otra polémica que se dio en las redes brasileñas. La banda Dead Kennedys se dejo amendrentar por la repercusión que causó el póster hecho para su gira por nuestro país. Cristiano Suarez (diseñador del póster) fue certero al retratar una escena idealizada: una familia de blancos de buena cuna, vistiendo la camisa de Confederación Brasileña de Fútbol, armados y diciendo que adoran el "olor a pobre muerto en la mañana".
Las reacciones, fueran de aprobación o de repudio, inundaron las redes de la banda que, acorralada, se acobardó y canceló la gira. El resto de la historia ya es bien sabida, pero, por si acaso, aquí está el comunicado oficial de la productora sobre la cancelación, explicando el paso a paso de la locura:
Mientras tanto, Silva, indignado por toda esa escena crea este EP para "que la banda punk (?) DK entienda que el pueblo brasileño no solo vive de flores: 12 canciones que retratan parte de nuestras luchas diarias. ¡Brasil no es solo carnaval, samba y fútbol!"
No, no lo es. Tenemos mujeres violadas, personas inocentes asesinadas, niveles de desempleo que alcanzan a millones de personas, un presidente que alimenta un odio estúpido por naturaleza; sufrimos la perdida de derechos laborales ya ganados, somos victimas de la inexperiencia militar, del clamor por la dictadura, por el racismo y la homofobia; tenemos que ver el neonazismo tomándose la nación, a la policía abasteciendo las favelas con armas, a un estado que alimenta el crimen, eso sin contar los milicianos cercanos (muy cercanos) al poder y los medios que, caminando sobre cascaras de huevo, tratan de denunciar a las nuevas cabecillas; tenemos un ministerio público y de justicia (sí, así en minúsculas) partidarizados y consumidos, un ex-presidente convertido en preso político, recortes a la educación universitaria y básica, una reforma a la seguridad social que ataca a los más pobres y nuestras relaciones exteriores sumidas en una ideologización que ha convertido nuestro país en un paria; un estancamiento de la economía y un gobierno dándose golpes de cabeza... God Pussy podría haber hecho toda una seria de lanzamientos sobre ese "nuevo" Brasil aún más injusto y desigual.
Pero "Bra$il" terminó siendo EP porque logró decir mucho en poco tiempo. Hay quienes todavía creen que aquí todo es hermoso y maravilloso, que creen que este país son las playas, el fútbol y las postales. A las muchas virtudes naturales de Brasil, se suman las mentes de quienes intentan traducir la cruel realidad de forma implacable a través de la música, la literatura, el cine y las artes en general.
El harsh noise de God Pussy está al servicio de ese desahogo, de esa linea. Su mensaje es certero porque se transmite incluso sin necesidad de escuchar los temas - aunque eso último sea ineludible. Todo está ahí: hay ruido en la comunicación, hay ruido en nuestra historia, hay interferencia en nuestra lógica, pero God Pussy no se calla, continúa tratando de explicar lo que el nuevo establishment se esfuerza en ocultar debajo de la alfombra.
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