En una época cada vez mas abstracta, la música electrónica se me hace el sonido mas allegado a nuestra época. En su momento con bandas como Kraftwerk la composición electrónica era la música del futuro, hoy en día es el sonido del presente; no hablo en términos musicales sino en un plano mas sentimental ya que pienso que la electrónica refleja a la perfección la paranoia e histeria de la vida moderna, por eso también no me es raro que una ciudad como Lima, con una tradición vanguardista tan amplia tenga tantos exponentes en ese estilo compositivo. Uno de los sellos mas destacados y mejor enmarcados en todo lo que la electrónica puede representar (ya sea ambient, IDM, Glitch o cualquier otro estilo) es el sello limeño Chip Musik que hace poco celebró 9 años de vida con el lanzamiento de este split que hoy estamos revisando.
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| En la foto Alcaloide / El Otro Infinito |
En este split conmemorativo se reúnen de un lado una de las nuevas propuestas de este sello el proyecto de Alfonso Noriega "El otro Infinito" junto a uno de los actos residentes y fundamentales durante la historia del sello "Alcaloide" redondeando así dos exponentes de dos épocas y momentos conectados por su orientación sonora. Si bien hay diferencias entre el sonido y climas de cada canción, la composición en buena parte sigue un patrón familiar. Magdalena, tu rostro, es una canción mas prístina con una secuencia mas lineal que sin embargo agrega algunos detalles resonantes como las percusiones electrónicas para lograr mantener una cadencia mas prolongada. Juno es en cambio una canción mas cruda, surcada por momentos claros en una cierta lucha entre segmentos de ruido incidentales que resultan agradables, llegando al final hacia a un plano de calma. Mas allá de la composición, instrumental o técnica, la que mas resalta es la búsqueda de climas, algo en lo que este sello ha hecho escuela durante este tiempo, documentando con sus lanzamientos una buena parte de la producción de esta época.
Con un arte de tapa sobrio y sombrío ChMR-Single-008 nos presenta dos buenas caras de cada lado, por una parte la calma y diría brillo de El otro Infinito contrasta (agradablemente) con la fuerza caótica de "Alcaloide".
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