Nombre: Ignacio Moreno Fluxà
Banda: ihä (http://ihaihaiha.blogspot.com)
Equipo: Casiotone CT-310 y Zoom G2.1Nu
El minimalismo al que apunto con mi música es una filosofía que también se refleja en mi (escasez de) equipamiento. No me gusta depender de las herramientas para poder crear algo, así que, como punto de partida, intento de trabajar con lo mínimo necesario. Esto también me permite librarme de la presión de siempre agregar más ingredientes a la receta –algo que siempre es posible, pero que implica un efecto bola de nieve de nunca acabar.
La combinación más habitual que uso es la de guitarra eléctrica y pedal multiefecto; la mayor parte de lo que he grabado ha sido en dicho formato. Los pedales multiefecto, en particular los baratos (como el mío) y los digitales (como el mío también), son habitualmente repudiados por músicos y eruditos de la tecnología sonora. Para mí, son lo ideal, y no sólo por la satisfacción de remar en contra del esnobismo tecnológico-musical. Con un multiefecto me basta para generar las atmósferas que necesito para mi música. Es el mínimo necesario.
En el caso del Zoom G2.1Nu, en particular, las combinaciones de delays y reverbs que se pueden lograr, al menos para lo que yo busco en términos de sonido, son lo suficientemente nebulosas y coloridas. Por lo demás, cuando quiero hacer “trampa” y aventurarme a tocar algo con más capas, puedo jugar con loops. El hecho de que este sea un atributo no exento de limitaciones en este pedal (por ejemplo, el tiempo de grabación es muy breve), más allá de jugarme en contra, me obliga a ser creativo en su uso, lo que también me gusta.
Por otro lado, está el Casiotone CT-310 de segunda mano que compré –muy barato– hace un par de años. El Casiotone CT-310 es un instrumento hermosamente añejo, con una gama de sonidos y patrones de ritmo de seguro inéditos en un teclado de esta gama (dudo que gozara de un alto nivel de exclusividad en su época). Es un teclado modestísimo, pero que en su sencillez misma transmite algo honesto y en absoluto pretencioso. Tiene doce tonos que simulan instrumentos, pero, ciertamente, no consigue sonar como ninguno de ellos, y esa es, de hecho, su gracia, porque suena exactamente como espero que suene un teclado electrónico de los ochenta: como tal. Además, estas sonoridades geniales se pueden combinar con los efectos que el propio teclado ofrece –incluyendo un vibrato con delay y un reverb, mis favoritos– y con varios patrones de ritmo que constituyen otra de sus potencialidades. En suma, mi aproximación al uso (o mal uso) de este instrumento me permite explorar un camino más emotivo y dulzón en mi música, que me resulta cada vez más atractivo.
¿Y la combinación CT-310+G2.1Nu? Bellísima, sobre todo cuando la música surge sin ideas, algo que también considero que forma parte de un enfoque minimalista: la libertad de partir de cero y desde ahí emprender el camino a la profundidad introspectiva de la música, siempre con lo mínimo necesario; siempre teniendo presente que lo primordial es esa profundidad. El “menos es más” del minimalismo es sólo un medio, la ligereza de espíritu necesaria para comenzar la travesía. El gran Tony Conrad (QEPD) dijo alguna vez: «Minimalism is not about less, it’s about deeper».
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