viernes, 25 de enero de 2019

E S T A D O S H U N D I D O S: Nublado Tour Chile 2019

E S T A D O S H U N D I D O S  es un proyecto que está dando recién sus primeros pasos; Joe Transmision comenta que fue  hace apenas "dos o tres meses que empezamos a explorarlo,en principio  arrancó jugando sin ningún plan futuro,solo teníamos la idea de armar algo para nuestra satisfacción personal (la música experimental tiene bastante de eso) y bueno...de repente nos encontramos haciendo presentaciones, fue muy rápido todo".  La otra mitad del dúo es Yam Cammardella, ambos hacen parte de un grupo  indefinido de personajes de la zona oeste del Gran Buenos Aires que paulatinamente han ido incursionando en el noise y la música experimental. Aunque en parte alejados de lo que sucede en Buenos Aires, este grupo de músicos ha ido generando sus propios circuitos, alianzas (una buena prueba de ello es su conexión con el sello arequipeño Noxa Records y  con el Festival Espora de esa ciudad) e incluso sellos.

Al sentirnos entusiasmados con el proyecto de inmediato empezamos a hablar con amigos que tienen sellos y organizan eventos como los locales CAPITAN MOU ediciones (Zarate) y KADATH REKORDS (Santiago de Chile) y LOU FAI Discos (Santiago de Chile) para armar un tour con ayuda de todos ellos y también un primer lanzamiento en conjunto, el cual también tendrá algunas futuras copias en vinilo a cargo del nombrado último sello.
Así, rápidamente, el dúo pasó de ser solo una idea a tener un primer EP oficial de grabaciones y un primer tour por varias ciudades de Chile. FRAGMENTOS, nombre con el que titularon su primer lanzamiento, reúne tres grabaciones hechas durante dos encuentros en Castelar en el Home Studio Virtual Ground bajo la coordinación de Bill Lee (de la banda Lanzallamas). Aunque los temas no se extienden demasiado proponen con sus nombres una secuencia: mientras que el primero crea una atmósfera densa, el siguiente resalta por sus guitarras limpias y serenas, y el cierre arma una dinámica entre esos dos primeros momentos que encuentra especial sentido por el uso del poema 13 de Árbol de Diana  de Alejandra Pizarnik recitado entre ecos por Jorgelina Camm: "explicar con palabras de este mundo que partió de mí un barco llevándome"


Utilizamos recursos muy mínimos y de manera primitiva (la ejecución se basa en una guitarra eléctrica acompañada de pocos pedales de efectos que proyecta simples estructuras con la idea de armonizar un viaje a un paisaje, al espacio o adonde el oído que lo escuche quiera llegar, esto se acopla a climas que son disparados de una forma muy sencilla (mediante audios atmosféricos desde un teléfono celular y sumados a una cadena de algunos otros pedales de efectos) y arriba de eso va pasando todo.
NUBLADO TOUR CHILE 2019



Durante el mes de febrero E S T A D O S H U N D I D O S va a estar tocando por diferentes ciudades de Chile, y presentando su primer EP. En Santiago estarán el 2 de febrero en Bar Uno , luego en Valparaíso el 18 de febrero,  después en la Octava Región harán dos fechas (una en Mulchen y otra en Concepción) para luego volver a Santiago de Chile y cerrar el tour con una última fecha.  La banda está abierta a más invitaciones y si alguien está interesado pueden contactarlos:

miércoles, 23 de enero de 2019

Juguetes para Grandes: Catriel Nievas

Para nuestra segunda entrega del año en Juguetes para Grandes tenemos el gusto de contar con la participación de Catriel Nievas.  Mi primer acercamiento a su música fue con su trabajo "Guitarra y grabaciones de campo", una colección de temas que si bien su titulo explica sin mayor vuelta  ponen en relieve un estilo de composición interesante; de ahí he conocido algunas de sus colaboraciones con otros artistas (su disco a dúo junto a Sergio Merce fue uno de los recomendados en el artículo "Dos", formatos y experiencias de colaboración en dúos) y más recientemente  su trabajo en la banda Prusia (la cual editó en septiembre del año pasado el disco "Las Uniones Posibles"). Creo que en todos estos proyectos Catriel no destaca por un exceso de técnica sino por un enfoque particular hacia el uso del sonido, tal vez por eso decidió no centrarse en un instrumento o en un aparato de grabación, sino en lo que podríamos definir como una técnica de composición. Esta elección la fundamentó usando diferentes ejemplos de su extensa discografía en los cuales se hace evidente cómo el ritmo es una parte esencial de su estilo compositivo.

Entonces, esta nueva entrega de Juguetes para Grandes abre un terreno interesante no solo para pensar la música sino también la composición misma; usualmente esta sección ha estado basada en mostrar a través de lo visual elementos  que producen sonido (equipos, instrumentos, aparatos, etc...), en este caso para entender  la noción de ritmo que Catriel Nievas ha ido desarrollando es necesario prestar atención y escuchar, tanto los sonidos como los silencios.  No obstante, y para complementar visualmente, recomendamos ver la sesión de Catriel junto a  Mariana Carvalho y Pablo Verón grabada en el Estudio Libres el año pasado.


Nombre: Catriel Nievas,
Proyectos: Catriel Nievas, Prusia, kl´l.
Enfoque: Ritmo

Mi primer acercamiento a la música fue a través de la percusión. Primero a los 11 o 12 años en una murga en la que tocaba el redoblante y el bombo y platillo y más tarde en la escuela en talleres de percusión y percusión afrocubana. Ese acercamiento al ritmo, se convirtió en parte decisiva de mi forma de hacer y entender la música. Tanto cuando toco la guitarra con mis proyectos regulares (Prusia y Kl´l ) como cuando grabo, compongo o improviso, solo o con otrxs, mi foco siempre está puesto en el ritmo.

El ritmo no necesariamente tiene que ver con tempos rápidos o bailables, sino más bien con periodicidades y proporciones temporales; es curioso porque es algo que me llevó algún tiempo entender y asimilar. Habiendo estudiado guitarra durante algunos años y siendo que la guitarra es mi instrumento principal, durante mucho tiempo entendí que el rol del instrumento era únicamente armónico o melódico y el ritmo en la guitarra era más bien una consecuencia de ambos.


Pero el ritmo, para mí, posee una identidad diferente, quizás más neutral que lo armónico o melódico. Está ligada a los patrones, a las secuencias, a las apariciones y desapariciones y especialmente a formas de observar el tiempo y comparar y observar porciones del mismo.

Fotos tomadas del  Tumblr de Catriel Nievas


A veces me descubro tocando la batería en mi sala, el sintetizador, sampleando grabaciones de campo o incluso escuchando el sonido de una bomba de agua cargarse y descargarse una y otra vez y entiendo que esa forma de hacer y escuchar funciona de manera similar en mí en todos los casos y agrupa y desagrupa unidades y porciones temporales bajo la misma lógica o perspectiva.

En este track de “Figura Fantasma” un disco de tres piezas para guitarra que grabé a principios del 2018, busqué el ritmo en la repetición: en las apariciones de lo igual y en las alternancias con lo diferente, pero también en los micro ritmos producidos por los batimentos que se generan en los choques de determinados armónicos que continúan resonando en las cuerdas. 


Creo que esa pieza refleja aquel interés o herramienta que encuentro en el ritmo y que devino de un proceso de descarte o entendimiento del lenguaje que me interesaba explorar. Obviamente no tiene que ver con la creación de un lenguaje nuevo o totalmente diferente, sino más bien con una forma de “hacer” basándose en esa idea mental que tiene que ver con el ritmo. Pero también con un ritmo donde lo predominante son las periodicidades y no tanto las secuencias estrictas o rígidas, así como el vaivén de la marea o el ritmo de las olas chocando contra la arena o las piedras una y otra vez dibujan rítmicas que nos hacen dudar sobre si son cambiantes o estáticas, me interesa pensar en una música donde esa duda esté presente todo el tiempo. 


Este otro track de “guitarra eléctrica y grabaciones de campo” del 2016, fue pensado utilizando quizás más recursos técnicos que en el que mencioné antes (grabaciones de campo, procesos electrónicos, guitarra eléctrica con pedales, etc) pero la lógica de las apariciones y desapariciones de elementos iguales y diferentes y la convivencia de elementos que se repiten y varían ligeramente da como resultado una visión de la pieza que habla de lo horizontal, es decir de la sucesión de elementos y no tanto de lo vertical como podría ser una melodía que avanza y se despliega o un desarrollo teleológico con partes marcadas o entendidas como funcionales a algo. Sino más bien como elementos que se suceden y acontecen uno después del otro. 



Como último ejemplo “cantus” tiene un poco de las dos que mencione antes. Consta de varios canales superpuestos (cada uno grabó una única cuerda de guitarra golpeada con un pequeño batidor de café automático) donde se generan diversos ritmos: por un lado el ritmo del golpe de la cuerda en sí (el ataque), por otro el sonido constante del motor del batidor y por otro la resultante armónica que se genera en la mezcla de todos los canales y despliega armonías que aparecen y desaparecen de acuerdo a la intensidad y cercanía con la que se rozan las cuerdas con el batidor. 

Esta forma de pensar resulta una herramienta quizás conceptual o estilística que me interesa seguir explorando y no está tan relacionada a un hardware específico como podría ser determinado pedal de efecto o determinado instrumento, sino que es una herramienta más bien mental que me ayuda a configurar duraciones, porciones de tiempo y relaciones entre elementos más bien simples que terminan configurando la forma de la música que hago y me interesa.


martes, 15 de enero de 2019

Anotaciones: Mil Grullas/ Winétt

4/11/18: ¿Cuánto tardan en construirse las relaciones en la época de los hipervínculos? Más que lo que creemos, la inmediatez abruma y muchas veces el encuentro requiere que surja una situación y un momento. La otra noche encontré una sesión en vivo de Winétt (de quien escribí hace unos meses sobre su disco Estaciones/Salvamento) donde interpreta la canción "Concepcción, 2014" (que tiene una frase que me repito mucho últimamente "cambios interesantes, y el asfalto más caliente") acompañado de otro proyecto llamado Mil Grullas. La sesión tiene dos partes, en la segunda Winétt acompaña a Mil Grullas en uno de sus temas: "Ulmaria". Me sorprendió la cercanía musical entre ambos proyectos.



Eso me llevó a escuchar la música de Mil Grullas, comencé por el EP "Tristape" lanzado en mayo del 2018. Las canciones son simplistas y emocionantes, Mil Grullas no muestra en ningún momento un exceso de técnica, sino recurre constantemente a melodías de guitarra circulares que me recuerdan de alguna manera los cuentos infantiles. Un buen ejemplo es el breve instrumental "XVIII", la canción repite la misma melodía excepto hacia el final donde otro sutil arreglo en guitarra aparece descolocando de inmediato al escucha. Me gustaría retomar uno de los ejes de la nota que escribí hace uno meses sobre Winétt: el uso de un sonido y estética lo-fi. En el caso de Mil Grullas sucede lo mismo, el sonido quebrado no funciona simplemente como una marca estética, sino como un elemento imbricado en la composición y ánimo de cada canción. Creo que esto se puede notar, ejemplarmente, en la ya nombrada "Ulmaria", la canción es prácticamente igual excepto por el ultimo minuto donde se repite la linea "si me mata un poco", solo que con una alteración en el tono de la voz. Ese solo artilugio cumple una función especifica, es un pequeño detalle que modifica radicalmente el resto de la canción.


Esto muestra que la estética lo-fi no se sostiene por si sola sino apunta hacia crear un efecto en el escucha; el problema es que lo que en un momento fue una necesidad (hacer mucho con poco equipo) es ahora algo replicable facilmente desde lo electrónico. Por eso proyectos como Winétt o Mil Grullas orientan su búsqueda, y el uso de estos sonidos, hacia el pasado, hacia la memoria como un dispositivo capaz de ser tocado por un cambio súbito en lo lineal. No muy lejos de lo que el retropop viene haciendo hace ya un tiempo, aunque aquí, hay que decirlo, con fines mas nobles.


01/06/19:  A finales del año pasado los proyectos que hacen parte de esta entrada, Mil Grullas y Winétt, lanzaron un disco colaborativo titulado Aglomeración. Podemos ver como ejercicios previos a ese lanzamiento tanto la colaboración de Winétt en uno de los temas del segundo EP de Mil Grullas y la sesión en vivo donde se acompañan uno al otro interpretando un tema. No obstante, este disco es mucho más complejo; el dúo lo presenta como un proyecto de catalogo con miras a extenderse, de hecho habrá  un documental enfocado en el proceso de grabación de los temas entre el 2016 y el 2018. En estas composiciones ambos proyectos se avocan a con más intensidad a la grabación de ambientes; si bien este elemento ya estaba presente en sus composiciones solistas, en este caso no funcionan como "telas de fondo" sobre las que se desarrollan  las canciones sino se convierten en la mayoría de los casos en la estructura principal.



Al centrarse más en los ambientes y menos en las melodías los climas toman otro rumbo, las composiciones capturan una nostalgia propia de los espacios, que por momentos se vuelve  pesada. La seriedad con que Martín y Rubén, respectivos nombres de Winétt y Mil Grullas, han encarado este proyecto se refleja también en el arte fotográfico y la promesa de una próxima edición en casete para finales de este mes  que incluirá una foto distinta del proceso de grabación.

01/15/19: Sumado a todo lo anterior, ambos proyectos preparan trabajos solistas para este año: Winétt lanzó recientemente un disco titulado Persona, y Mil Grullas presentó un adelanto de un disco que se llamará Soterrar, que saldrá el 21 de este mes.

viernes, 11 de enero de 2019

Buchla Gtr, los tiempos y procesos de Alan Courtis.

Cada obra tiene su propio tiempo. Curiosamente, dentro de la música regida por los ritmos de la industria ese tiempo no se condice con el valor real de la creación (sino con una lógica del mercado); esto limita lo que podemos  pensar como producción y variación. Ha sido la música experimental, especialmente, la que ha desarmado esos modelos y variables; la extensa discografía de Alan Courtis es un buen ejemplo de ello. Courtis parece estar siempre trabajando  en varias cosas, lo que le ha permitido a lo largo de tres décadas construir un corpus de creaciones impresionante; no obstante, dentro de ese corpus cada trabajo particular tiene su ritmo y su momento. Buchla Gtr, un LP doble  lanzado a finales del 2018 por el sello sueco Firework Edition Records, sirve de ejemplo para analizar el proceso y manera de composición que ha ido desarrollando durante estos años.


La génesis de este trabajo  comienza hace casi 5 años cuando Courtis participó de una residencia en el EMS (ElektronicMusikStudion en Estocolmo)"Fueron 5 días- comenta- a finales de febrero/principios de marzo del 2014. Lo que traje en un disco rígido era una considerable colección sonidos grabados pero sin una estructura del todo cerrada. Así que el proceso de composición propiamente dicho lo hice en mi estudio en Buenos Aires; la verdad tenía tantos proyectos por terminar que recién en 2015 puede empezar con éste. Hay discos que tardan más que otros y en este caso estuve como dos años trabajando con este material hasta que quedé conforme.

Durante la residencia  tuvo la oportunidad de trabajar con un Buchla modular synth parte de la serie Buchla 200 diseñada por el mítico Donald "Don" Buchla  en los años 70. No obstante, una de las particularidades de este equipo puntual es su tamaño que lo convierte en uno de los sintetizadores modulares más grandes de Europa. "Hay que tener en cuenta que hay muchísimos compositores que grabaron con este sintetizador por lo que implica bastante trabajo encontrar algo que tenga vida propia. En mi caso probé varias cosas, pero claramente lo que más me gustó fue cuando mandé la señal de la guitarra eléctrica al Buchla porque ahí empezaba a pasar algo; es decir los sonidos de la guitarra afectaban a los osciladores y en algunos pasajes se hacía difícil entender exactamente qué afectaba a qué. Esos fueron los mejores momentos sin duda porque ahí aparecían sonidos inesperados que parecían venir de otro lugar".


La necesidad de esa búsqueda que comenta Courtis es importante; a pesar de la especificidad del Buchla del EMS, este tipo de  sintetizador tiene una larga historia y ha dejado huellas importantes en la música electrónica, la interacción que encontró Courtis con el equipo, a través de su guitarra, escapa de esa ruta. Lo que propone en vez, es un dialogo entre un sintetizador monumental y una guitarra eléctrica con Alan funcionando como mediador en una secuencia en la que la idea de quién lleva las riendas se vuelve borrosa; él mismo  reflexiona sobre esto: ¿cómo es que alguien llega a expresarse a través de miles de cables y circuitos? Eso sigue siendo un completo misterio.


No obstante, el proceso no terminó con las sesiones; las grabaciones irían  tomando forma durante los siguientes años en un proceso lento en el que el material registrado iba a ir transformándose. "Armé las composiciones con fragmentos de distintas sesiones, incluso en algunas partes hay simultáneamente más de una sesión sonando. Componer con este material un año después fue otra instancia porque casi ni me acordaba qué había grabado, así que eso me daba la suficiente distancia como para escuchar qué ofrecían los materiales y estructurar las obras a partir de esta escucha. No importaba tanto mantener entera la sesión de tal día, sino descubrir qué sonido podía funcionar con tal otro y así, sin apuro, fui armando las composiciones. Pero de hecho ni siquiera usé todo el material, creo que el disco doble refleja bastante bien los mejores momentos de esta residencia, pero tengo más material grabado que veremos en qué termina transmutando."

Esa transmutación puede verse tanto en el resultado (por ahora) final: cuatro piezas que se acercan a los veinte minutos cada una en las cuales la guitarra va sacándole todo tipo de sonidos al sintetizador Buchla; pero también puede verse en otras grabaciones que desde hace un tiempo andan dando vueltas, como un pequeño fragmento del 2014 que apareció en  una selección hecha por Courtis para la revista The Wire. Al contrario de otros casos, esta primer forma puede no ser la última.

lunes, 7 de enero de 2019

Pequeñas Melodías: Diálogos entre sonido, imagen y forma.

La música se plantea cada vez menos como una forma y obra; el disco como formato físico parece innecesario ante la ubicuidad de las plataforma digitales. Decidir si esto es positivo o negativo es algo que ahora mismo no me compete, creo que esa desmaterialización tiene aspectos positivos que podrían dar lugar a nuevas formas; sin embargo, hay un dialogo profundo que  puede perderse. Este proceso no es reciente, desde finales de los 90s la música ha empezado a estar en todas partes, pero también en ninguna; considero que uno de los signos de ese cambio está bien manifiesto en "The Disintegration Loops"(2002-2003) de William Basinski, en esa serie de composiciones el sonido, literalmente, se desintegra mientras va tomando su última forma; el resultado "físico" es tan complejo que la serie completa ocupa más de cuatro LPs. "The Disintegration Loops" gira en torno a la materialidad y el tiempo como procesos y estados clave de la creación artística, tal vez por eso, junto con  una serie de acontecimientos fortuitos que rodearon su creación, fue convirtiéndose en una de las composiciones mas trascendentales de la música ambient del nuevo siglo. Por cosas como esas los trabajos que se plantean la creación desde la convergencia con lo material, ante un panorama cada vez más virtual, son siempre interesantes.


"Pequeñas Melodías", el nuevo disco de Federico Durand, se inscribe en esa misma ruta; si bien las grabaciones fueron hechas solamente por Durand, la obra como forma final propone un dialogo entre varios participantes. El sello francés IIKKI deja claro ese detalle al establecer que este trabajo es un "dialogo entre dos artistas: Federico Durand y Albarrán Cabrera, iniciado por IIKKI entre diciembre del 2017 y agosto del 2018". Durand se encargó de la composición musical y Albarrán de la composición visual que dio como resultado una obra en varias combinaciones: el disco y el libro como unidad, el libro como unidad sola o  el disco como unidad sola. Todas estas combinaciones funcionan individualmente e interpelan de diferentes maneras al espectador/escucha. Además, ambas se relacionan de diferentes maneras con los formatos (como libro, como CD, como vinilo, como conjunto); el objeto físico  no funciona simplemente como soporte, sino como  una extensión de las creaciones de Durand y Albarrán.


Albarrán Cabrera + Federico Durand = Pequeñas Melodías  (IIKKI 007) from IIKKI on Vimeo.

Ese proceso es el que se está perdiendo, esa convergencia entre lo material y lo inmaterial, ese dialogo entre formatos y artes, el efecto que causa en quién ve y escucha, son todas cosas que están desapareciendo. Estoy seguro que darán , y están dando paso, a nuevas maneras de experimentar y vivir el arte; de cualquier manera, trabajos como este, y proyectos pensados desde una dimensión tan compleja como la del sello francés IIKKI, son indispensables para rescatar prácticas esenciales. Opinar sobre qué me parece la música o el diseño es algo, para mi, totalmente innecesario, hay una dimensión mas allá del gusto donde  una obra se sostiene por si misma,  y este es uno de esos casos.


*Para conocer sobre los proceso de composición de Federico Durand recomendamos su participación en nuestra sección "Juguetes para Grandes"
* Todo el catalogo del sello francés IIKKI aborda colaboraciones entre artes y formatos, recomendamos revisar con calma su web.
*Pueden conocer más sobre el trabajo de Albarrán Cabrera en su página web.

sábado, 5 de enero de 2019

Juguetes para Grandes: Federico Gruner (Interzona)

Federico Grüner trabaja como docente de la materia Artes Visuales en colegios secundarios de la ciudad de Buenos Aires. Además es artista plástico, guitarrista y parte fundamental del grupo INTERZONA, banda fundada en Buenos Aires  con más de 15 años de actividad  caracterizada por  sus estridentes y catárticos conciertos cargados de óxido urbano, música lisérgica y  una poderosa fuerza en vivo. Grüner se formó como  luthier autodidacta avocándose  a la  construcción y modificación de efx, pads,osciladores, entre otras cosas. Su trabajo, como nos mostrará en esta nota, ha sido bien recibido entre numerosas bandas del underground de Capital Federal y el interior del país, las cuales han encontrado en sus creaciones una manera de completar y ampliar el sonido de sus pedaleras.  (Andrés Asia)



Nombre: Federico Grüner
Proyecto: Interzona
Equipos: Amplificador fender frontman ,guitarra Stratocaster modificada, efectos de construcción propia (phaser,overdrive,dos distorsiones, trémolo y dos delays)

Siempre me gustó la música y de muy chico empecé a tocar la guitarra, un instrumento al que considero uno de los juguetes más entretenidos jamás creados. Nunca estudié música formalmente así que supongo que se puede decir que soy en cierta forma, un autodidacta. Como me gusta decir a veces, yo no soy músico, yo hago música; o mejor dicho, soy un artista plástico que también hace música. Hago esta aclaración porque pienso que en cierta forma eso influye en la manera en la que abordo el instrumento, su sonido y la música en general.

Tengo que decir que me llevó bastante tiempo entender que en este caso, el instrumento no es sólo la guitarra en sí, sino el conjunto entre micrófonos, guitarra, los efectos, el equipo y el parlante. Todo eso está influyendo en la señal sonora y determinando de alguna manera el resultado final ¡Hasta el cable que usas influye! Por eso en cierta forma uno nunca termina de estar conforme y siempre está cambiando alguna variable de la ecuación.


Si tuviera que mencionar una técnica en particular, más allá de las usadas tradicionalmente, como las ligados o los vibratos, tendría que señalar lo que los gringos llaman gain stacking o apilar ganancias en una traducción más o menos literal. Se trata básicamente de poner distorsiones una atrás de la otra e ir sumándolas a gusto. Generalmente se empieza con un overdrive de ganancia media al que se le van agregando fuzzes o distorsiones de alta ganancia. Pero en realidad no hay una regla definida. Se puede poner todo al revés y va a sonar distinto y te puede gustar más o menos. Hay que probar y ver qué es lo que más se acerca a la búsqueda de cada uno. Actualmente es una técnica muy común y lo hace todo el mundo pero en épocas pre-internet fue un descubrimiento para mí… fue algo que me ayudó mucho a desarrollarme como músico y a entender cómo otros músicos construían el sonido. Yo veía que las bandas que me gustaban usaban muchos pedales pero no tenía idea de qué pedales eran o qué hacían. El problema también era que no tenía un peso y los juguetes me resultaban inaccesibles económicamente. Entonces, siempre en el espíritu del hágalo usted mismo, me puse a estudiar un poco de electrónica y me empecé a fabricar mis propios efectos. Así fue que pude probar distintas combinaciones, hasta encontrar algo que más o menos me gustara, aunque uno nunca se siente del todo satisfecho.


Bueno, siempre hubo una guitarra en mi casa, una de esas viejas Casa Nuñez con la que mi madre animaba los fogones en su juventud. Pero en la adolescencia me prestaron una eléctrica y ahí cambió todo, empecé tocando blues y ya no paré más. Cuando estaba en la escuela de Bellas Artes, con unos amigos formamos Interzona, banda en la que sigo tocando y que pasó por varios formatos y formaciones. Al poco tiempo y paralelamente formamos Anexia, un grupo de improvisación con pautas con el que empezamos a musicalizar proyectos de danza contemporánea y que fue muy importante para mí ya que ahí aprendí muchísimo.


Como te decía, nunca tenía un mango, así que en un momento me puse a construir mis propios pedales hasta que me pude armar mi propia pedalera con todos efectos analógicos. Como ya venía haciendo trabajos de carpintería, de a poco me fui animando a la luthería y la construcción de instrumentos. Los amigos me empezaron a pedir si les hacía algún pedal o les calibraba la guitarra y de repente, sin darme cuenta eso se fue transformando en un ingreso extra. Así fue como hice laburos para un montón de bandas del under de acá: Un delay para la voz de Mora de Riel, otro para Fede Lavia, bajista de Olfa Meocorde y de N-Eurológico, calibración y puesta a punto para Lea Franov de Las Edades, un mixer para Pablo Satur de Krupoviesa y bajista del Último Subsuelo, otro delay para Gonxa Verde de discos Blackfish. En fin, trabajos para todos ellos y muchos más. En un momento me encontré mandando pedales por correo a otras provincias, algo que nunca se me hubiera ocurrido. Un trabajo que disfruté mucho fue una distorsión para Tomás Buron de Moretones. Él ya me había comprado una copia del Fuzz Factory pero después de un tiempo, no lo terminaba de convencer. Me dijo que andaba buscando algo más sesentas y con octava para arriba. Entonces le sugerí que hiciéramos un clon del Foxxtone Machine, un pedal que se dejó de fabricar en los setenta. Lo armamos y le encantó y ahora es su pedal de cabecera, más o menos que lo tiene prendido durante todo el show, jajaja…


Actualmente estoy casi íntegramente dedicado a la docencia pero siempre intento separar un tiempo para seguir experimentando, construir algún equipo o algún sintetizador para la banda o restaurar alguna guitarra abandonada.

Como decía antes, considero a la guitarra como un juguete, algo maleable, manipulable, una herramienta para un fin. En ese sentido la idea es faltarle un poco el respeto. Como escandalizar a una señora de la recoleta. Los músicos que se toman demasiado en serio las cosas o que se dan cierto aire de grandeza me aburren. Así que la premisa es intentar sacar todos los sonidos posibles de una guitarra eléctrica, incluso si al hacerlo deja de sonar como una. Dejar cosas al azar o a la buena voluntad del momento. Raspar, golpear, frotar, buscar disonancias o el uso deliberado del acople son todas formas de esa búsqueda. No es algo novedoso ni tan raro, si lo pensás los viejos blueseros ya lo hacían en los campos de algodón. Usar afinaciones abiertas o tocar con el pico de una botella son cosas que van en esa misma dirección. De ahí a colgar la guitarra del techo como un péndulo a lo Lee Ranaldo para que acople cada vez que pasa por adelante del equipo, hay sólo un pequeño paso. Tenés que haber salido de los campos de algodón y pasado a las galerías de arte pero bue, eso es otra historia…

Así que con los chicos de Interzona siempre intentamos que haya un lugar para todas esas posibilidades. Incluso si son temas bien organizados o estructurados, tratamos de dejar un lugar para la improvisación o para que surjan esos sonidos aleatoriamente. Muchas veces nos pasamos ensayos enteros improvisando y se nos pasó la hora sin tocar un sólo tema. Otras veces también de esas mismas improvisaciones surgen temas o algún riff o un ritmo en particular; yo lo veo más como intentar transformar en sonido cierto estado de ánimo. A veces estás más enojado, a veces más triste, a veces estás más o menos de buen humor y sale alguna canción. Pero en general, le escapamos al formato de canción tradicional, no tengo ningún interés en hacer un estribillo perfecto o ese tipo de cosas.


En vivo generalmente enchufamos todo, chequeamos volúmenes y nos largamos a tocar. Como siempre tocamos en lugares distintos y con sonidistas distintos y diferentes equipos, la prueba de sonido es fundamental. En mi caso sobre todo lo que es probar volúmenes de las distintas distorsiones en relación al equipo que sea que me tocó ese día… cada equipo o parlante responde de modo diferente, así que hay que tomarse un ratito para escuchar y ver qué es lo que hace. Además, en los últimos tiempos cada vez enchufamos más cosas. Me fabriqué una caja de ruidos muy divertida, una especie de sintetizador, que voy metiendo medio cuando quiero en medio del show… también le armé unos pads de percusión electrónica al baterista, así que primero hay que hacer que todo eso suene un poco, acomodar los volúmenes, si hay tiempo probamos algún tema y ya dejamos todo listo para tocar. Si todo eso se hizo bien, en general no hay porqué modificar nada durante el show. El problema es que generalmente no hay tiempo y se hace todo un poco a las apuradas. Un modo que encontramos de paliar un poco esas dificultades fue empezar a trabajar siempre con la misma gente. Tratar de compartir escenario con bandas amigas e ir turnándonos en la consola. Hace más o menos un año surgió la idea de armar una especie de cooperativa de bandas y así surgió la NTN (Noche/Tranz/Noche) que está funcionando a la vez como ciclo y como sello discográfico. Por ahora es un experimento que viene funcionando muy bien y nos está dando muchas satisfacciones. Hace poco salió un compilado de las bandas del sello y estamos muy contentos con el resultado. La verdad que moverse de esa manera, en un colectivo de gente que apunta para el mismo lado, simplifica muchas cosas. De otra manera es muy difícil que una sola banda pueda hacer todo. Publicitar los eventos, trasladar los equipos, hacer el sonido, atender las entradas, etc. La unión hace la fuerza y lo mejor es juntarse con gente que piense como uno.



Siempre hicimos grabaciones auto-gestionadas, es parte un poco de la filosofía Hágalo Usted Mismo que te decía antes. Y siempre me gustó eso que llaman Low –Fi, un sonido como más crudo, un poco como si fuera un demo. Generalmente intentamos grabar todos al mismo tiempo para poder reaccionar uno a lo que toca el otro. Eso ya hace que todo suene un poco más como en el vivo, más rústico.

Algo que me di cuenta que me gusta hacer es duplicar la guitarra. Ya sea saliendo por dos equipos o bien captando todo a través de dos micrófonos. Es más, te diría que si pudiera, haría eso con todos los instrumentos. Duplicaría todo. Es como que le da más ambiente y profundidad a todo sin necesidad de andar agregando reverberancias después, como generar una especie de chorus natural… algo así. Pero bueno, tampoco hay que enviciarse con esas cosas, ni repetirse demasiado. Lo divertido de grabar es sorprenderse a uno mismo.