Hace unos meses Federico Durand participó de "Juguetes para Grandes" la sección que hacemos sobre equipos y estilos de grabación. El texto e historia resultante descubre mucho del espíritu de este artista argentino. Soñador, detallista e imaginativo son adjetivos que representan tanto la personalidad de este músico como su sonido; de hecho, al repasar los títulos de su discográfia es posible verlos como parte de una serie de cuentos fantásticos : La Siesta del Ciprés (2010), El libro de los Arboles Mágicos (2012) son algunos de ellos. Mas recientemente este artista argentino lanzó "Jardin de Invierno", su segundo disco de este año, que se enmarca en una exploración de los sonidos minimalistas pero mas que nada del silencio y el mundo que se desarrolla a dentro de este.
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| "El poder evocador del sonido es quizás uno de los misterios más bellos de la música: a veces, cuando escuchamos música entredormidos y las melodías pequeñas nos envuelven, podemos recordar sueños que habíamos olvidado y volver a vivir momentos del pasado, más allá de la vigilia." |
Un gran Bosque Rodea el Monoblock, uno de los primeros temas que se dio a conocer de este disco, juega con la idea de los espacios vacíos y en cierta manera genera nos lleva a escuchar lugares deshabitados donde el mismo silencio se encarga de jugar con el ambiente. Sin ningún tipo de letra o canto las canciones de Durand se pueden escuchar casi como historias, la invitación que el artista crea es a imaginar y, como el mismo admite en muchas entrevistas, a soñar. La grabación de este disco fue hecha en la casa de Federico en La Cumbre, provincia de Córdoba, Argentina. Rodeado de lo que parece ser un ambiente de paz y tranquilidad natural no resulta extraño que su música revista esa magia de los lugares naturales. Tal vez por esto, apelando a la naturalidad de la inspiración, todas las canciones fueron hechas en una única toma sin ningún retoque posterior (mas allá de la masterización de Chihei Hatakeyama ) cristalizando de esa manera los sonidos tal como surgieron.
Las canciones se desenvuelven lentamente, Durand escoge usar una serie del instrumentos (tales como Lira Pentatonica que nos presento hace unos meses) que favorecen la creación de un sonido intimo y sencillo, a través de ellos Federico evita un estilo de composición tradicional; se podría decir que no hay notas, en vez una secuencia de sonidos es organizada con gran cohesión por este artista que mas que tocar, juega. En "Jardin de Invierno" los sentimientos producidos por esa época del año se vuelven manifiestos; Federico es un observador atento de como la naturaleza se desarrolla a su alrededor y transcribe estas sensaciones en música. Los personajes de estas canciones no son seres humanos, son lugares, elementos naturales o animales que parecen transitar un mundo inconsciente de la presencia humana en total libertad denotando también la fuerte influencia literaria y poética (Durand se declara admirador de escritores/compositores como John Keats, Hoelderlin, Marosa di Giorgio, Hildegard von Bingen y Fursaxa)
El alto nivel de detalle también esta presente en la edición física que cuenta con una serie de dibujos hechos por Cecilia Afonso Esteves (Ilustradora argentina y gran amiga de Federico) que crean un acompañamiento ideal para la música. Por algún motivo la música de Durand ha tenido poca resonancia en su natal Argentina y ha calado fuertemente en países como Japón y gran parte de Europa. Desde el primer momento sus trabajos fueron editados por sellos extranjeros como Imoto Records, 12K o Spekk sello japones que se encargó de lanzar Jardín de Invierno en ese país donde Federico estará de gira en el 2017. Ajeno a esta época la música creada por este artista cae bien a los espíritus soñadores pero sin dudas desde lo musical y estético es un importante recordatorio para todos nosotros sobre la magia que se esconde tras cada sonido.
Este álbum se puede comprar desde el Bandcamp de Spekk
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